lunes, 6 de mayo de 2013

Una comida para no olvidar

Hoy Cristina y yo hemos sido invitados por mi jefa para comer en su casa. La verdad ha sido una sorpresa y a la vez una experiencia muy bonita. No ha sido una comida formal en la que te puedes sentir incomodo por no ir vestido para la ocasión, no coger la cubertería de forma correcta ni saber de qué tema puedes hablar; todo lo contrario, ha sido una comida muy familiar, tan familiar que ¡estaba toda la familia al completo!, la hermana, la vecina (ambas compañeras de trabajo), dos sobrinos, y los padres, a los que se han sumado otro hermano y una amiga a saludar. Todos muy naturales, simpáticos, amables y serviciales. Lo que ha hecho que nos sintamos muy cómodos, casi como en casa vaya.

En cuanto a la comida ha estado todo buenísimo, aquí por lo visto, tienen la costumbre de comer un primer, segundo y tercer plato, además del postre. ¡Lo que no entiendo es como pueden comer tanto! De primer plato hemos comido pasta (algo poco común aquí) a la franciscana, de segundo filete de ternera con patatas al horno y guisantes (cosechado en un pequeño huerto que poseen en el patio en el que trabaja el padre), de tercero braciolette y de postre una buenísima macedonia también con frutas de la casa. ¡Todo riquísimo!

Después de la comida, hemos estado hablando de las diferencias entre italiano y el español, incluso del español y el siciliano, lo que nos hemos dado cuenta que el siciliano también tiene palabras muy parecidas a las nuestras, nos han confesado que saben hablarlo bien pero es tan difícil que no todos saben y que hay palabras que son imposibles escribir,  porque no saben ellos realmente que letras tienen, sólo la pronunciación.

Hemos observado que las típicas casas de pueblo español antiguas, pequeñas por dentro y grandes por fuera con un gran jardín en el que tienen perros, gatos, gallinas conejos incluso un pavo todos repartidos alrededor de un huerto, son habituales también aquí. También las costumbres familiares a la hora de comer, en las que el abuelo está en el huerto trabajando y es llamado a la mesa, en la que la abuela sirve a todos los familiares y se preocupa en que no quede ningún vaso ni plato vacío… etc. Son idénticas, lo que de nuevo repito, te hace sentir como en tu casa. En conclusión, la cultura española y la siciliana, ¡sono molto simile!

Una experiencia que volveríamos a repetir y que jamas olvidaremos.

4 comentarios:

  1. ¡Bien, estuvisteis en esa comida! Me alegra mucho y me encanta que contéis en el blog vuestra experiencia laboral y también la que tiene que ver con el intercambio cultural como es el caso.

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  2. Gracias puri!y ademas estuvimos muy agusto la verdad

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  3. No soy persona que me emocione facilmente pero leyendo este blog me ha sucedido. Imane contándonos los miedos iniciales, Salma con su intento de salvar a las pobres almejas y Baldu con ese abuelo que hay que esperar a que deje el huerto para empezar la comida, ¡ni el mismísimo Juan Goytisolo lo hubiera narrado mejor!

    Me siento muy orgulloso de todos vosotros y de mis compañeros, Rafa con su trabajo silencioso que habrá visto que todas las horas que ha dedicado a este royecto han valido la pena, y de la valiete Purificación que no se lo pesó dos veces en meterse en una furgoeta que os llevaría a cojer un avión rumbo a sicilia muy ligeros de equipaje, solamente un breve curso de italiano.

    Bravo, bravíssimo por todos vostros, por el buen trabajo y vuestra valentia.

    Ciao, Raúl.

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  4. Muchas gracias DON Raul, somos unos grandes poetas jajaja. Toda persona dura como tu tiene una parte dulce y sensible jaja

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